Recuerdo un dia en el que perdí estrepitosamente una batalla, me sequé las lágrimas y decidí que aún podía ganar la guerra. Aunque esa fue una guerra ahora muy lejana, qué triste es recordar la derrota desde la distancia.
Cuando creo que he dado con la clave para superarte, viene un domingo de valorar de ti hasta lo que menos me gustaba. Sigo tratando de encontrar una pista clave de por qué mi cerebro se ha encallado contigo.
No hay suficientes plantas para llenar de alegria este lugar.
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